Gao Fu, director de los Centros chinos de Control de Enfermedades, dijo que la efectividad de las vacunas chinas contra el COVID-19 es baja y el gobierno está considerando combinarlas, admitió la máxima autoridad de la agencia china de control de enfermedades, en una inusual admisión oficial de la debilidad de las vacunas chinas.
Los fármacos chinos “no tienen tasas de protección muy altas”, dijo el director de los Centros chinos de Control de Enfermedades, Gao Fu, en una conferencia en la ciudad suroccidental de Chengdu.
Beijing ha distribuido cientos de millones de dosis en otros países y tratado de fomentar las dudas en torno a la efectividad de las vacunas occidentales.
“Ahora se considera oficialmente si deberíamos utilizar diferentes vacunas de distintas líneas técnicas para el proceso de inmunización”, Beijing aún no ha aprobado ninguna vacuna extranjera para su uso en China, dijo Gao.
Para el 2 de abril, unos 34 millones de personas habían recibido las dos dosis requeridas de las vacunas chinas, mientras que unos 65 millones de personas se habían puesto ya una dosis, indicó Gao.
Las vacunas fabricadas por dos farmacéuticas estatales, Sinovac y Sinpopharm, se han exportado a 22 países, como México, Turquía, Indonesia, Hungría, Brasil y Turquía, según el Ministerio de Exteriores.
Investigadores en Brasil concluyeron que la efectividad de una vacuna de Sinovac para evitar infecciones sintomáticas era de apenas el 50.4%, cerca del umbral del 50% en el que los expertos consideran útil una vacuna. En comparación, la vacuna de Pfizer-BioNTech tiene una efectividad del 97 por ciento.
Expertos sanitarios ven improbable que las vacunas chinas se vendan a Estados Unidos, Europa occidental y Japón debido a la complejidad del proceso de aprobación legal.