Las fuertes lluvias provocaron nuevas inundaciones en el sureste de Alemania y Austria y la cifra de muertos llegó a 180, luego que los rescatistas cavaron más profundo entre los escombros dejados por el retroceso de las aguas.
Las autoridades del país germano, informaron que la zona de Ahrweiler, en el estado alemán de Renania-Palatinado, la policía encontró 110 muertos pero el número podría aumentar. En el estado de Renania del Norte-Westfalia, se confirmaron 45 muertes, incluidos cuatro bomberos. Y en el país de Bélgica fueron 27 muertos.
El ministro de Finanzas, Olaf Scholz, indicó que propondrá un paquete de ayudas inmediatas por lo que es urgente la necesidad de trabajar en un programa de reconstrucción, que según la experiencia de otras inundaciones ascenderá a miles de millones de euros.
Aunque dejó de llover en las zonas más afectadas de Alemania, Bélgica y Holanda, las tormentas aún persistían en otras zonas del centro y oeste de Europa.
El sábado por la noche hubo inundaciones en la región de la frontera entre Alemania y República Checa, en el otro extremo del país así como en el sureste de Alemania y en Austria.
Los científicos climáticos dicen que la conexión entre los fenómenos climatológicos extremos y el calentamiento global es evidente y la urgencia de hacer algo contra el cambio climático es innegable.
Las inundaciones que cayeron al oeste de Alemania y algunas regiones de Bélgica, Luxemburgo y Holanda tuvieron una magnitud sin precedentes. “Masas de aire, cargadas de abundante agua, quedaron bloqueadas en altitud por temperaturas frías que las hicieron estancarse durante cuatro días en la región”, explicó a la AFP, Jean Jouzel, climatólogo, exvicepresidente del IPCC, el grupo de expertos en clima de la ONU.
El aumento de la temperatura del planeta incrementa mecánicamente la evaporación del agua de los océanos y ríos, lo que trae “mayores masas de agua a la atmósfera”, añadió el climatólogo.