A diferencia del gran eclipse total de sol del 8 de abril que pudo ser disfrutado por los sinaloenses y miles de visitantes, el cometa conocido popularmente como “Diablo” podrá ser visto en Sinaloa solo en lugares alejados de la contaminación lumínica de las ciudades y mediante telescopios y binoculares, sin embargo, es un evento astronómico que por ocurrir cada 71 años bien vale el esfuerzo por observarlo, afirmó la especialista Daniela Gallardo Galaviz, jefa del Departamento de Actividades Experimentales del Centro de Ciencias de Sinaloa y presidenta de la Asociación Sinaloense de Astronomía.
Precisó que el nombre científico del cometa es 12P/Pons-Brooks, pero recibió el apodo de Diablo porque aparenta tener dos cuernos debido a una explosión interna que lo fracturó.
“Es un fenómeno importante y muy bonito de vivirlo, sobre todo para los que son aficionados, porque su órbita es cada 71 años, ahorita al igual que el eclipse solar tenemos la fortuna de tenerlo aquí, por ello, las recomendaciones son acercarse a localidades o puntos que estén lejos de la contaminación lumínica y, particularmente, en zonas altas, lo van a poder ver sin ningún problema”, señaló.
La científica afirmó que hay que buscar lugares alejados de la ciudad, no tienen que hacer un viaje especial, solo muy a la periferia, donde puedan estar en zonas lo suficientemente oscuras”.
Detalló que el cometa “Diablo” podrá ser observado al atardecer muy cerca del horizonte, al poniente, entre las 6 y 7:45 de la tarde, y tendrá su mayor intensidad a partir del 14 abril, alcanzando el 21 de este mismo mes su brillo máximo.
Aclaró que el cuerpo celeste, compuesto de gas, hielo y polvo, no representa ningún peligro de choque para la Tierra, pues su órbita pasa a una distancia 600 veces más alejada del planeta que la Luna.
El cometa 12P/Pons-Brooks es un gigantesco visitante cósmico tres veces más grande que el monte Everest que debe su nombre al astrónomo francés Jean-Louis Pons, quien lo descubrió el 20 de julio de 1812, y a su colega estadounidense William Robert Brooks, que lo captó 71 años después el 1 de septiembre de 1883.