El enigma sobre cómo los antiguos egipcios transportaron los enormes bloques de piedra para construir las famosas pirámides fue algo que siempre mantuvo al pendiente a los investigadores. Ahora esta cuestión ha dado un giro significativo gracias a un descubrimiento realizado por arqueólogos espaciales.
Un reciente estudio, publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), arrojó luz sobre este enigma de miles de años.
Con ayuda de la tecnología de radar en satélites, los científicos han identificado una enorme vía fluvial enterrada, conocida como la Rama Ahramat. Se extiende a lo largo de unos 100 kilómetros en el lado oeste del Valle del Nilo, y conecta todas las pirámides en esta región.
Este hallazgo ha hecho plantear la hipótesis de que estas antiguas autopistas de agua fueron utilizadas para transportar materiales y mano de obra hacia los sitios de construcción de las pirámides.
La Rama Ahramat, ahora completamente enterrada, es la clave para comprender la organización logística y la creación de estas estructuras milenarias.
La doctora Eman Ghoneim, líder del equipo de investigación, ha señalado que la presencia de pirámides en la región sugiere la existencia de cuerpos de agua en el pasado que pudieron facilitar el transporte de rocas y trabajadores.
El Río Nilo, fundamental para las pirámides
“Para construir las pirámides, tumbas y templos, parece que los antiguos ingenieros egipcios aprovecharon el Nilo y sus inundaciones anuales, utilizando un ingenioso sistema de canales y cuencas que formaron un complejo portuario al pie de la meseta de Giza”, explica el geógrafo físico Hader Sheisha, de la Universidad de Aix-Marseille, en Francia, y uno de los firmantes del artículo.
En este sentido, los investigadores destacan el rol fundamental del río en el avance de la civilización egipcia. Las pirámides de Kefrén, Menkaura y la Gran Pirámide de Giza fueron contraídas entre 2686-2160 a. C., durante la Cuarta Dinastía.
Las tres increíbles construcciones están ubicadas en la orilla occidental del Nilo, algo que ayuda en la sustentación de la hipótesis que sugiere que los constructores usaron una rama del Nilo ahora extinta.
Este hallazgo ha sido posible gracias a la capacidad de las ondas de radar en satélites para penetrar la superficie terrestre y revelar el terreno subsuperficial.
Se ha convertido en una herramienta esencial para descubrimientos arqueológicos, y la localización de antiguas ramas del Nilo, como estas, podría conducir a nuevos hallazgos en el futuro. Este avance destaca el papel crucial de la tecnología espacial en la exploración y comprensión de las civilizaciones antiguas.