El pasado domingo, el actor francés Alain Delon murió a los 88 años, como dieron a conocer sus hijos a la “Agence France-Presse” y, si bien, se desconocen las causas exactas de su deceso hasta el momento, padecía cáncer linfático, que deterioró su estado de salud desde el verano de 2023; en 2019, fue puesto bajo tutela de su familia, tras sufrir un derrame cerebral.
Anthony, uno de los hijos del actor, dijo a AFP que el deceso tuvo lugar a las primeras horas del día, alrededor de las tres de la mañana en su casa, ubicada en la comuna francesa de Douchy que, a estas horas, ya está repleta de flores que sus fans han depositado en la puerta de la propiedad.
Delon residía en una clínica Suiza, donde recibía cuidados desde hace cinco años, luego de ser operado en el Hospital de la Pitié-Salpêtrière, en París, tras el derrame cerebral que atravesó, también conocido como hematoma subdural agudo.
Así, la buena salud de Alain se fue mermando y en julio del 2023, tomó la decisión de vender todo sus bienes y propiedades, para evitar que sus hijos se pelearan por su herencia, pues se ha dicho que vivían en una constante disputa por el patrimonio de su padre.
Una de sus últimas apariciones públicas fue poco antes de su accidente cerebral, cuando recibió la palma de oro honorífica en el Festival de Cannes, en 2019.
Esta mañana, “Le monde” dedica un emotivo artículo a la memoria de Delon, una figura nodal en la historia no sólo del cine francés, sino de la cultura francesa en general.
A ocho columnas, el diario francés describe al actor como “un talento dramático”, que antes de ser persona, fue rostro y artista, “que a menudo eclipsó su trabajo”, el cual compaginó con la visión de directores como Jean-Pierre Melville, uno de los precursores de la nueva ola francesa.
La pérdida del actor, originario de Sceaux, marca un hondo hueco en el pueblo francés, que a lo largo de esta podrá disfrutar de la programación, en televisión abierta, de algunas de las cintas más importantes de su trayectoria, como “El samurái” y “La piscina”.
Con su partida, ha provocado la reacción de diferentes sectores; tanto el político como el cultural.
Marine Le Pen, política de extrema derecha y diputada de la Asamblea Nacional, considera que con la partida de Delon, las y los franceses quedarán en estado de orfandad.
“Alain Delon nos deja huérfanos de la época dorada del cine francés que tan bien encarnaba. Es una pequeña parte de Francia que nos encanta y que va con él”, dijo la abogada de profesión.
Por su parte, Thierry Frémeaux, delegado general del Festival de Cannes, dijo que aunque la humanidad del actor haya trascendido, el artista permanecerá vivo en la historia del cine.
“Con la misma tristeza que sienten los cinéfilos de todo el mundo nos enteramos de la desaparición de Alain Delon. Encarnó el cine francés mucho más allá de las fronteras, (…) Si hoy estamos tristes por el hombre y por sus hijos, Alain Delon, el artista, se quedará: deja una filmografía deslumbrante y un rastro indeleble”.
Una de las figuras más importantes de la cultura francesa, la cantante Briggitte Bardot también lamentó la partida de su colega, mediante una conmovedora nota que escribió a mano esta mañana:
“(Su partida) cava un vacío abismal que nada, ni nadie podrá llenar, al morir, Alain pone fin al magnífico capítulo de una época pasada, de la que fue monumento soberano, representaba lo mejor del ´prestige´, un embajador al talento, la elegancia y la belleza, perdí un amigo, un ´alter ego´, un cómplice, compartimos los mismos valores, las mismas decepciones, el mismo amor por los animales…”.
En su visita a México era noviembre de 2011 en Acapulco. El actor francés recién acababa de cumplir 76 años y estaba al lado de otro ícono cinematográfico, Sophia Loren, de quien llegó acompañada del brazo y repartiendo sonrisas.
Las asistentes al Festival Internacional de Cine del puerto guerrerense no dejaban de verlo y cuchicheaban entre sí lo apuesto que el actor era a su edad. Una de ellas fue quien lo alabó durante una conferencia de prensa y recibió la respuesta que la puso feliz.
Alain, el galán francés y quien durante más cinco décadas fue amante de los perros, llegando a comprar 120 hectáreas para que jugaran no sólo los suyos en ese momento, sino los que fueran llegando, murió a los 88 años de edad.