En el puerto de Altamira, al sureste del estado de Tamaulipas y en la costa del golfo de México se han encontrado objetos prehuastecos como vasijas de cerámica casi completas del tipo Prisco Negro, que perduró durante 500 años y que es de acabado fino pero muy frágil, además de objetos de piedra verde, hueso y concha entre los que destacan un pectoral de caracol y un pendiente que fue tallado en la costilla de un animal marino como un manatí o una ballena, según reveló el INAH.
El material y el entierro de más de 500 cadáveres humanos en la zona del Ejido Lomas del Real es objeto de estudio por parte del personal calificado del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
El arqueólogo Gustavo Ramírez Castilla, director del proyecto Chak Pet, del Centro INAH Tamaulipas y coordinador del proyecto de Salvamento Arqueológico Puerto Altamira, ha explicado que el pectoral de caracol es una pieza relevante porque es de finales del Preclásico o del Clásico Temprano, cuando este tipo de objetos normalmente está asociado a la cultura huasteca posclásica.
En Altamira existe arqueología e investigación científica, afirman expertos sobre el proyecto Chak Pet, ubicado en el Ejido Lomas del Real y que es considerado como el patrimonio histórico más importante de Tamaulipas.
La pandemia del coronavirus ha frenado desde hace ya un año las investigaciones para encontrar los vestigios que provienen de una civilización de hace 500 A. C. en conjunto con el INAH.
El ayuntamiento y miembros del cabildo de Altamira han realizado recorridos por los más recientes descubrimientos de Chak Pet, con el fin de “crear una ruta arqueológica y que se pueda exponer al pública la riqueza cultural con la que se cuenta”.
El director del proyecto dijo que probablemente los huastecos, asentados en el lugar hacia el año 1000, pudieron haber reproducido objetos de poblaciones anteriores sin que tuvieran una relación biológica, lingüística o étnica con esas poblaciones.
El descubrimiento de más de 150 figurillas de barro de tipo hueco y Pánuco C, algunas fragmentadas y otras completas, fechadas entre el 100 a.C. y el 200 d.C.
Con esta concentración de figurillas, el INAH habrá recuperado más de 200 piezas.
Lo que les preocupa a las autoridades y arqueólogos es que han detectado mediante denuncias la venta de piezas antiguas a través de redes sociales en esta zona sur del estado por lo que piden denunciar este delito.
