Este sábado un deslizamiento de tierra sepultó varias viviendas y dejó al menos 20 personas desaparecidas en la región central de Japón de Shizuoka.
El deslave se produjo tras varios días de intensas lluvias, por lo que un torrente de barro arrasó algunas casas y sepultó otras en la ciudad costera de Atami, donde los habitantes huían tratando de ponerse a salvo.
La ciudad, ubicada en la región rural de Shizuoka, se halla a unos 90 km de la capital, Tokio, y es conocida por sus aguas termales.
El primer ministro Yoshihide Suga anunció que los servicios de urgencia y las fuerzas de autodefensa japonesas habían iniciado operaciones de rescate y evacuación, advirtiendo que se esperan todavía más lluvias torrenciales y no se descartaban otros deslaves en la zona.
Las autoridades japonesas no habían localizado 20 personas tras el deslizamiento de tierra, por lo que se ignoraba su paradero.
El derrumbe se produjo en plena temporada de lluvias en Japón, que suele provocar inundaciones y corrimientos de tierra. Atami registró en 48 horas, lluvias por 313 mm, según NHK, una cifra superior a la media anual de 242,5 mm que suele tener para todo el mes de julio.
Según los científicos de ese país, el fenómeno se ha incrementado por el cambio climático, ya que una atmósfera caliente retiene más agua, lo que aumenta el riesgo y la intensidad de las precipitaciones extremas.
La circulación del Shinkansen, el tren japonés de alta velocidad, fue suspendida de manera temporal entre Tokio y Osaka (oeste) a raíz de las fuerte lluvias, y el servicio de otros trenes también fue interrumpido, según los portales internet de las compañías ferroviarias.
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